martes, 8 de abril de 2008

LA GARROTXA, ENCLAVE VOLCÁNICO








La verdad es que la impronta judía tiene mucho legado en algunos puntos de España, aunque a decir verdad, hay enclaves donde puede apreciarse su cultura con solo imaginar la vida entre las piedras que ante nosotros se postran. Este caso es el de Besalú, una villa cuya etimología es de origen celta y que actualmente es una pequeña joya de visita obligatoria. Los judíos habitaron aquí, totalmente integrados en la población ya que hacían trabajos diferentes de los cristianos como la medicina, desde el año 309 hasta el 1348. Fue en 1415 cuando se les dieron 8 días para abandonar todas las casas que no estuvieran en el call. La comunidad judía, al no estar conforme emigró hasta Ampurias formando un gran asentamiento.
De Besalu destaca el puente sobre el Fluvià, puente románico fortificado, comenzado en el siglo XII y destruido parcialmente durante la guerra civil española. Como curiosidad diremos que destaca porque es uno de los pocos puentes medievales angulosos y muy largos al disponer de siete arcadas. También destaca el baño judío donde entraba el río para que el agua no estuviera quieta. Imaginarse la temperatura en la que se bañaban tanto en invierno como verano es solo cosa de osados/as. Hubo judíos en Alemania que no se querían mojar en aguas tan heladas ante lo que los rabinos argumentaban que si las mujeres no se purificaban, no se podían tocar, por tanto, no se podía procrear.
La purificación de las mujeres, según sus mandamientos, debe ser antes y después del parto, antes de casarse y con la menstruación. También se pueden impurificar si están en contacto con un cadáver o cuando tocan una vajilla no purificada o no fabricada por un judío.


En la iglesia de Sant Pere podemos encontrar un cementerio de monjes benedictinos enterrados juntos, ya que sus creencias decían que en la muerte, sus almas debían estar unidas. También curiosa es la luz que entra en esta iglesia románica, ya que las ventanas están situadas cerca de las paredes, no en las arquivoltas de cañón, dejando paso a mucha más luz que cualquier iglesia del mismo estilo. Proseguimos nuestros viaje por Sant Joan de les Fonts, acompañados por la Asociación del Verde Volcánico. Y es que en la Garrotxa, comarca gironina, existen más de 20 volcanes inactivos a los que han dado valor turístico. De ahí la tradición de cocina volcánica. Todo un descubrimiento para el paladar. Os dejo la web
www.cuinavolcanica.com de los restaurantes por si visitáis la zona.


Después de comer, podemos hacer una visita a Olot, capital de la comarca. Ciudad de tradición señorial y pesebrista donde destacan casas perfectamente construidas por arquitectos modernistas. Hay que fijarse en el gusto por la curva, el aumento del dinamismo y la armonía estética. Aparte, hay una cosa curiosa en Olot en cuanto a su arquitectura y es que existe la plaza España y la plaza de América unidas, como no, por el puente de Colón.


Si aun nos quedan fuerzas, nos guardaremos un día para visitar la estación de esquí del vall de Nuria (
www.valldenuria.com) para deslizarnos por sus pistas. Los más pequeños también pueden disfrutar con juegos como el cau de la marmota o el tiro con arco.

En definitiva, un placer para los sentidos visitar la comarca de la Garrotxa estando sólo a 4 horas de Valencia. Ponemos chincheta en el mapamundi pues.

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