sábado, 2 de diciembre de 2006

FLORENCIA, UN AMOR HECHO REALIDAD


FLORENCIA
La amo. Si pudiera terminar este articulo con la sola utilización de esta frase, describiría a la perfección lo que siento por esta ciudad.
Conocerla davvero requiere un esfuerzo equivalente a su grandiosidad. Todo su casco antiguo es un conjunto sublime de arquitectura, escultura y pintura, que está magníficamente ensamblado como un poema o un canción, y cuya imagen provoca que el clic de las fotografías sea continuo, haciendo casi por si sola una ilusión de estar rodando una película perennemente. Florencia es ARTE.
Florencia es el Renacimiento. Este impulso surgió para tumbar las telarañas de una época gris y oscura, y fue un soplo de aire fresco donde todos los escultores y arquitectos rivalizaban con los clásicos en la búsqueda de las proporciones perfectas. ¿Quién no reconoce la belleza inaudita de ese hombre digno y orgulloso que es el David de Miguel Angel? ¿Quien no ha sentido la curiosidad de conocer a un ser tan curioso como fue Leonardo Da Vinci? ¿Quien no ha soñado alguna vez en arrastrar sus pies de un lado a otro, una y otra vez, del Ponte Vechio, queriendo así que no llegará el final nunca?
Este último es el puente más fotografiado del mundo. El río Arno, con sus salvajes crecidas lo destruyo totalmente y no fue hasta 1345 cuando Tadeo Gaddi o Neri di Fioravante – hay dudas al respecto – lo volvieron a levantar en mismo sitio que esta actualmente.
Originariamente las gentes que lo cruzaban eran casi siempre soldados, por lo que curtidores, herreros, carniceros y pescadores fueron los principales gremios que se establecían en su trazado.
La familia que más influencia tuvo en florencia fueron los Medici. Era una antigua familia de agricultores que llegaron a prósperos banqueros a finales de la Edad Media. Dinámicos mercaderes, los Medici mantuvieron hábiles relaciones con la iglesia y con las casas reinantes en Europa, llegando a alcanzar el papado con León X y Clemente VII y diversos tronos como el de Catalina, esposa de Enrique II, o Maria de Médicis (Ver con quien se caso). Sugiero encarecidamente ver el cuadro de Rubens sobre la Coronación de Maria de Médicis. Fueron liberales, benefactores de la plebe y mecenas de los artistas.

Me dejaré en el tintero más de cien frases que me vienen a la mente con solo pensar en la dama “destinada a florecer”. No me privéis en lo sucesivo del placer de hablaros de ella.

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