jueves, 23 de noviembre de 2006

LONDRES

LONDRES

La lluvia es eterna en Londres. Los cielos grises la acompañan desde que nació. Desde el meridiano de Greenwich, a cero grados de longitud, siempre se la ha considerado el centro del mundo. Londres sabe perfectamente qué lugar ocupa en el mundo, pero no siente la necesidad de demostrarlo continuamente.

La ciudad es una mezcla de imperio británico, cabinas telefónicas rojas y buzones de correos que lucen el emblema de los reyes del pasado. Aun se puede pasear por sus jardines reales y evocar la flemática superioridad victoriana o la afición por el fútbol entre dos buenos árboles que ejercen de postes. Autobuses rojos y taxis negros forman parte del paisaje urbano más esencial, así como, vale la redundancia su sempiterna y fina lluvia.

Una cosa que me produce curiosidad y que la diferencia mucho de Paris es su forma de catalogar las calles. Los nombres de las mismas no son artistas reconocidos o presidentes del país, sino que nos sugieren algo humilde y críptico (Picadilly, Trafalgar, Notting Hill, Chelsea…).

La ciudad ha estado abierta y por eso se ha configurado como un puzzle donde cada distrito configura la aldea global. Todos los barrios sugieren un mundo donde las mezclas de olores, sabores, visiones y sensaciones son diferentes. Los libaneses de Mayfair, los indios de Brick Lane y Southall, los jamaicanos de Brixton… Su capacidad de acoger refugiados hizo que también estuviera allí presente un no tan augusto dictador chileno. Uniendo y aportando sus siempre turbias aguas esta el Támesis que parece huir rápido de una ciudad que avanza imparablemente hacia la modernidad.

Desde la "Golden eye" se puede observar toda su rectitud en la arquitectura, al propio estilo aristocrático, el majestuoso Buckingham Palace donde aun tiene "un trono" la reina madre, el Big Ben que martillea sus horas indicando el ocio y el negocio de la "city", y las dos guardacustodias del arte universal, como son la Tate y la Nacional Gallery.

Su ambivalencia provoca que muchas culturas sobrevivan en el mismo territorio con lo que el desinterés de los unos provoca las libertades de los otros y cuyo nexo de unión es que hablan un mismo lenguaje. Se sabe que es el primer idioma del mundo y las personas que no son oriundas de las "ingles" lo utilizan sin perder su racialidad y su esencia. De eso se trata en definitiva, de acceder a lo global sin perder lo local.

Como no recordar también los personajes de ficción y de no ficción que han paseado por sus calles. El Sherlock Holmes y su perro de Baskerville, el famoso Bond James Bond, los Beatles y su "Imagine", Dickens y su "Oliver Twist"… hasta el famoso Woody Allen viene a rodar sus películas a Londres con su hada madrina Scarlett Johanson. Un cúmulo de personajes que han provocado multitud de sueños y que han evocado unas imágenes de la ciudad que han quedado perennes en la mente de todos.

Es una ciudad hermosa, pero no en el sentido convencional de la expresión, y dotada de alma propia siendo también adjetivos que le corresponden inabarcable, orgullosa, dinámica y siempre cambiante. Londres es "la city".

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